lunes, 18 de mayo de 2015

Hablando de chutney



Fotografía: Miguel Morales

En el inmenso mundo de las salsas, cada salsa es un mundo. Y si hemos de hablar de ese mundo que es cada salsa en el gran mundo de todas ellas, el más fascinante, por razones que enumeraré a continuación, es el de los chutneys.
No hay salsa como el chutney. Por hacer una comparación odiosa, las mayonesas, salsas de tomate o bechameles siempre son iguales, aun con los distintos matices que les pueda conferir la adición de algún ingrediente o condimento inusual. Pero, ¿qué son unas pocas -aunque dignísimas- variantes frente a un repertorio infinito? Cada chutney es una obra de arte, única e irrepetible, y existen tantos chutneys como la imaginación produzca. Todos los que tú quieras.
Un chutney es una salsa agridulce a base de frutas y hortalizas. Si estás empezando a rechazar el chutney porque aún crees que lo dulce y lo salado no deben ir juntos, yo te pido que pruebes esta maravilla de la ingeniería culinaria y luego opines. Aun en las culturas donde lo agridulce no es habitual existen platos donde el encuentro de los dos sabores, en apariencia incompatibles, triunfa de manera rotunda. Ejemplos de estos platos son el bacalao con pasas, el queso y membrillo o las berenjenas fritas con miel, entre otros. El chutney participa de esa tradición donde sabores en principio dispares logran integrarse en armonía. Cuando eso sucede -la clave de todo es el equilibrio- el resultado es espléndido.

Chutney sobre queso de cabra
(Fotografía: Miguel Morales)

Para hacer un buen chutney no basta con mezclarlo todo de manera caótica y pretender que eso funcione porque sí. Hay ciertos catalizadores básicos en todo chutney que no pueden faltar: el vinagre, el azúcar y las especias. El empleo ponderado de esos elementos integra los sabores y confiere al chutney su personalidad única: le dota de alma, por decirlo de un modo poético. Y aquí hay que tener cuidado: cualquier estridencia arruina la salsa. Cuenta con que algunos ingredientes son más dulces que otros, o más ácidos, y regula el azúcar (que para mí debería ser moreno) y el vinagre, que a veces es limón o una mezcla de ambos, y extrema el ojo clínico con las especias. Nada de ello puede faltar, o no sería chutney, ni figurar en exceso, pues su potencia resultaría excesiva. Permíteme repetir que un chutney bien conseguido te proporciona una experiencia gustativa sublime. No escatimes esfuerzos. Cada ingrediente es protagonista: trátalo con respeto y agradécele su participación en la salsa, pues el premio compensa.
Los chutneys van bien con casi todo: carnes, pescados, pasta, huevos, tortillas… pero también con tempuras, croquetas, empanadillas o hamburguesas vegetarianas. Hay quien los toma simplemente sobre rebanadas de pan. O con patés y embutidos.  


Queso vegano y tostadas con chutney
(Fotografía: Miguel Morales)


O con quesos: éste, para mí, constituye el más perfecto de los maridajes. Imaginad una loncha de queso cubierta por una capa de fragante chutney. ¿Existe pareja mejor avenida? No lo creo. El toque frutal y especiado del chutney matiza y aporta frescura a la combinación, y contribuye a suavizar, realzar o dotar de complejidad a los quesos que acompañe, sean frescos, grasos, curados, fermentados, duros o untuosos. 
Para los indecisos, añado que consumir chutney es otra manera de contribuir a las cinco raciones de frutas y hortalizas que se recomiendan diariamente. Si buscas enriquecer tus sensaciones gustativas a la vez que trabajas por tu salud -recuerda los ingredientes de nuestra salsa-, el chutney es una elección que debes tener en cuenta. 


Humus, manteca de calabaza y mole: para tomar con chutney
(Fotografía: Miguel Morales)

8 comentarios:

  1. Admiradora de chutneys18 de mayo de 2015, 11:57

    Por fin vuelve a tomar vida este blog, cuánto tiempo a la espera de ver de nuevo la luz.Me alegro!!! Interesante entrada además de rica, rica. Espero probarlos prontito y les deseo , a los chutneys , un rotundo éxito. " Ponga chutney en su vida"

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  2. Muchy Rodriguez García18 de mayo de 2015, 15:24

    ¡uhmmmmm!, qué pinta más buena tiene eso que haces, dan ganas de echarle la mano, qué fotos más logradas porque parece que solamente tienes que cojer una servilleta y empezar a comer con ese vinito que hay en la copa... ¿eso engorda?, porque entonces
    nos pondremos a ello enseguida.
    ¿Dónde se puede conseguir estos majares?.
    Un blog de 10.¡¡¡Enhorabuena!!!

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  3. Prueba el chutney para hacer vinagretas. Si mezclas chutney a partes iguales con mermelada de frambuesa tienes la mejor salsa para el paté de jamón ibérico. También es muy buen para aliñar lombarda (cruda o cocida).

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  4. Estoy aprendiendo a usar las especias y cada vez me aficiono más. Lo que no sé es si a alguien que no le gusten las especias le gustará el chutney. Aprovecho para elogiar el blog. Toca temas poco convencionales y está muy bien escrito.

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  5. Gracias por vuestros comentarios y sugerencias. Es verdad que las personas no aficionadas a los sabores especiados no escogerán, en principio, el chutney para su mesa. aunque cada vez hay menos reparos, pues con la introducción de la cocina asiática nuestro paladar se va haciendo a los nuevos sabores. Por otra parte he observado que muchas personas que no usan especias en su cocina si las admiten en una salsa. Una salsa no es una comida, sólo un aliño, y la dosificas tú.

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  6. Dónde puedo encontrar chutney? Se puede hacer en ksa?

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  7. El chutney se puede encontrar en algunos supermercados o en tiendas especializadas. Y, como casi todo, se puede hacer en casa.

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  8. Pongo el chutney en las pizzas debajo del queso para que se funda encima. Le da un toque genial.

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